El Minoxidil es uno de los fármacos más empleados en el tratamiento para la alopecia y otras formas de caída del cabello, tanto en hombres como en mujeres. Se trata de un vasodilatador que mejora el riego sanguíneo hacia los folículos pilosos, facilitando así la llegada de nutrientes y oxígeno a los mismos. Tiene eficacia médica demostrada pero, como ocurre con cualquier medicamento, es importante conocer los posibles efectos secundarios derivados de su consumo o aplicación tópica. A continuación te contamos los posibles riesgos asociados a su uso que debes tener en cuenta.
REVISADO POR COMITÉ MÉDICO
Existen dos formas principales de administrar el tratamiento con Minoxidil: Minoxidil tópico y Minoxidil oral o Minoxidil en pastillas. Cada una de estas formas tiene efectos secundarios diferentes.
El Minoxidil tópico requiere la aplicación directa del fármaco en el cuero cabelludo, y suele tener menos efectos sistémicos que su versión oral. No obstante, también pueden ocurrir alteraciones cutáneas como hipersensibilidad, picazón o descamación, entre otros. Esto se debe en algunos casos a la presencia de propilenglicol en su composición. No obstante, los efectos secundarios del Minoxidil tópico suelen desaparecer una vez suspendido el tratamiento o ajustada la dosis de aplicación.
El Minoxidil comprimidos es el más eficaz para combatir la alopecia y la caída del pelo. No obstante, este Minoxidil tiene efectos secundarios a largo plazo debido a su absorción en el torrente sanguíneo. Entre los efectos secundarios del Minoxidil oral más comunes se encuentran el oscurecimiento o aumento de tamaño del vello corporal, dolor de cabeza, náuseas o retención de líquidos. Estos efectos varían en función de cada paciente y según la dosis administrada. Una vez suspendido el tratamiento o reajustada la dosis, estas posibles complicaciones desaparecen.
El Minoxidil pueden tomarlo tanto hombres como mujeres, aunque en diferentes dosis, y es igual de efectivo en ambos casos. Los efectos secundarios no varían especialmente entre ambos sexos, aunque sí pueden darse en diferente intensidad en función de la dosis administrada. En cualquier caso, es fundamental que el tratamiento esté supervisado por profesionales médicos.
El uso de Minoxidil no se recomienda durante el embarazo y lactancia, si se toman medicamentos que disminuyen la tensión arterial ni se puede emplear este fármaco de manera conjunta con corticoides tópicos, retinoides tópicos y pomadas oclusivas. Es un fármaco que requiere la supervisión y receta de un profesional médico.
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